Escuela 198 Especial para Discapacitados Visuales

jueves, 29 de septiembre de 2011

EL SISTEMA BRAILLE


 EL SISTEMA BRAILLE

ANTECEDENTES HISTÓRICOS:
Haciendo una breve síntesis sobre la educación de los ciegos a través de la historia, habría que decir que las personas ciegas han sido marginadas en todas las épocas y en casi todas las culturas.
Podríamos distinguir varias etapas hasta llegar a un reconocimiento universal de su capacidad de educación.
Hasta bien entrado el siglo XVI, los ciegos habían de dedicarse a la mendicidad para poder sobrevivir. A partir de este siglo surgen los asilos para ciegos, instituciones que no revestían, aún, un carácter educacional propiamente dicho.
Durante todo este tiempo se pensó, por lo general, que los faltos de vista eran incapaces de ser educados y que, si alguno destacaba su inteligencia y cultura, se debía a “poderes especiales”.
La idea generalizada de que se puede educar a una persona ciega es relativamente moderna. A ello contribuyó de manera excepcional el francés Valentín Haüy, que fundó en París a principios del siglo XVIII, una institución para ciegos que, por primera vez, se concebía como centro educativo.
Valentín Haüy comenzó a utilizar letras en relieve impresas sobre papel para que pudieran ser leídas por los ciegos. Mediante este procedimiento, que se valía de las mismas letras que la escritura normal, se editaron los primeros libros que podían ser leídos por ciegos y videntes. Este método resultó ser poco eficaz, porque aunque facilitaba la lectura, ésta se hacía de una forma muy lenta, dado que el dedo debía seguir el contorno de las letras, y la escritura se hacía complicadísima o era inexistente.
El primero que concibió la idea de la lectura de puntos en relieve fue un militar francés, Charles Barbier. El método que terminó como el sistema de lecto-escritura utilizado por los ciegos fue, en sus inicios, inventado como un código militar para que los soldados pudieran escribir y leer en la oscuridad. Junto al sistema inventó la pizarra y el punzón para la escritura táctil.
Sin embargo, el gran paso para la total inserción de los ciegos en el mundo de la palabra escrita se debe a la obra del francés Luis Braille (1809-1852). Ciego desde los tres años como consecuencia de un accidente, fue alumno y profesor del Instituto de Ciegos en París. Aprendió a leer gracias al sistema de Valentín Haüy, pero se interesó mucho por el método de Barbier. De la complejidad del sistema de Barbier, que utilizaba demasiados puntos que no podían ser abarcados en su totalidad por un solo dedo, y de acuerdo a su propia experiencia, llegó a la conclusión de que seis puntos era la máxima cantidad que podía ser percibida por la yema de los dedos de forma simultánea. En torno a la combinación de los seis puntos ideó un sistema que hoy es universalmente aceptado y que aún no ha sido superado.
Luis Braille murió sin que su sistema fuera reconocido oficialmente. Su principal obstáculo para su implantación fue el rechazo de las autoridades académicas que pensaban que la utilización de este sistema marginaría más a los ciegos.
Sin embargo, eran tantas las ventajas del mismo, que los propios ciegos se encargaron de popularizarlo y lograr su reconocimiento.
El Braille se define como un sistema de lecto-escritura táctil para ciegos, basado en la combinación de seis puntos en relieve, dispuestos en dos columnas verticales y paralelas de tres puntos cada una.
Este signo, formado por los seis puntos, se denomina Signo generador o elemento universal del sistema braille, o generador braille.
A partir de estas seis posiciones se puede realizar 64 combinaciones diferentes.
Braille organizó estas combinaciones en series o grupos de diez caracteres cada uno, siguiendo unas normas muy simples y pensando en las necesidades del alfabeto francés, por lo que en español existen algunas particularidades.
PREREQUISITOS PARA EL APRENDIZAJE DEL BRAILLE:
Como cualquier niño, el niño ciego necesita haber adquirido un cierto grado de desarrollo madurativo en diferentes áreas para poder iniciarse en las destrezas básicas de lectura y escritura.
El entrenamiento táctil ha de ser muy superior al del niño vidente puesto, que, ambos necesitan adquirir conceptos a través de su desarrollo motor, el niño ciego, no sólo habrá de utilizar sus destrezas motoras finas para manejar los instrumentos para la escritura, sino que el tacto será su única fuente de información en el proceso de adquisición de la lectura.
La edad cronológica de un niño no implica necesariamente su disposición para iniciar el aprendizaje de la lecto-escritura. Según Arroyo González y Martínez
González, (1988), afirma que para decidir el momento que se debe comenzar es necesario evaluar previamente su nivel de desempeño en las siguientes áreas:
·        Cociente intelectual
·        Dominancia y lateralidad
·        Orientación espacio-temporal
·        Interiorización del esquema corporal
·        Independencia funcional de miembros superiores
·        Coordinación bimanual e independencia de dedos
·        Desarrollo perceptivo táctil y auditivo
·        Dominio del lenguaje oral, expresivo y comprensivo
El usuario del sistema Braille debe cumplir conceptos básicos en las áreas:
Destrezas motrices: Reconocer, clasificar, emparejar, ordenar objetos de diferentes tamaños forma, o textura. Actividades de reconocimiento, exploración y emparejamiento para desarrollar la comprensión de las palabras, diferente, igual, grande, pequeño, etc.
Actividades de coordinación dígito-manual: En las actividades manipulativas, el niño ciego debe utilizar ambas manos con el fin de favorecer su acción conjunta y, por tanto mejorar la capacidad táctil de recogida de información.
Clasificación de texturas: Las primeras texturas empleadas deben ser claramente distintas entre sí, luego se entrenará en la discriminación de texturas con pocas diferencias.
Percepción táctil con la yema de los dedos: El niño ciego precisa desarrollar la destreza de reconocer y discriminar unas formas de otras empleando las yemas de sus dedos.
Desarrollo Senso-perceptivo: En la etapa de educación infantil el niño ciego debe adquirir un desarrollo multisensorial que compense la carencia de visión.
La percepción del espacio y ubicación en él: Es adquirida a través del movimiento, del desplazamiento y de referentes como sonido, temperatura, etc.
Las actividades que el niño debe seguir en relación a este apartado para favorecer concretamente la interiorización de la distribución de puntos dentro de la celdilla braille son:
Reconocimiento derecha - izquierda
Reconocimiento de posiciones arriba - en medio - abajo
Reconocimiento de la distribución usando varios conceptos, por ejemplo: arriba y a la derecha, abajo y a la izquierda, etc.
Desarrollo de la memoria, atención y observación.
UTILIZACIÓN DEL MATERIAL
Para la escritura del Braille se emplea una regleta rectangular “Pizarra”, dividida en dos láminas superpuestas unidas en uno de sus extremos por una bisagra de tal forma que en medio de las dos se coloca el papel.
En la lámina superior hay cajetines huecos (rectángulos verticales) correspondientes a los de la lámina inferior, que van surcados, no huecos en cada cajetín de la lámina inferior están demarcados los seis puntos que conforman el signo generador.
Ahora bien, para escribir en el papel colocado en la pizarra se emplea un punzón pequeño de punta metálica, el cual va aplicándose en el punto o los puntos deseados en cada cajetín de derecha a izquierda para ir formando cada letra de las que se necesiten para conformar la palabra que se este escribiendo. Entre una palabra y la otra se deja un cajetín vacío a efectos de separarlas.
Cuando se termina de escribir en el número de renglones que contenga la pizarra con que se este escribiendo, pues las hay de diversos tamaños, se va corriendo la colocación de la pizarra hacia la parte inferior del papel, hasta que toda la hoja este totalmente escrita.
Al ir aplicando el punzón a cada punto, éste va quedando demarcado en alto relieve, de forma tal que al sacar el papel de la pizarra y darle la vuelta, los puntos en relieve quedarán hacia la superficie anterior de la hoja y así se podrá leer lo escrito, desplazando las yemas de los dedos índices por encima de estos puntos.
 LA LECTURA EN BRAILLE:
La lectura en Braille no presenta excesiva dificultad en relación a  la lectura en tinta. Tenga el niño vista o no se ha de enfrentar a símbolos gráficos que en un principio carecen totalmente de contenido, variando únicamente las vías sensoriales empleadas.
La lectura mediante el tacto se realiza letra a letra, y no a través del reconocimiento de palabras completas como sucede en la lectura en tinta. Se trata, por tanto, de una tarea lenta en un principio, que requiere una gran concentración, difícil de alcanzar a edades tempranas; lograr una mayor velocidad no es sólo cuestión de esfuerzos sino también de técnica y práctica.
A la hora de aprender a leer braille hay que tener en cuenta una serie de factores que intervienen en el proceso:
El estimulo personal por aprender
El apoyo de los demás
La edad en que se comience a aprender
El grado de desarrollo del tacto
La forma en que se lleva a cabo el aprendizaje
Para leer debemos también cuidar la postura no solamente la del cuerpo de manera que la espalda permanezca recta, sino también la de las manos. Los brazos deberán colocarse simétricos al papel, las manos distendidas y relajadas, tocando los puntos con las yemas de los dedos con suavidad, evitando que una presión excesiva sobre los puntos pueda borrarlos.
 Normalmente son los dedos índices los dedos que leen, deslizándose ligeramente de izquierda a derecha; evitándose el movimiento arriba/abajo, o viceversa, o los de rotación en torno a los puntos de una letra.
Se puede hablar de dos fases lectoras:
En la primera, los dedos índices deben ser usados como lectores. Los dedos índices de cada mano juntos inician la lectura en cada línea, al llegar al final de la misma se retrocede sobre ella, llegando a la mitad del renglón se desciende a la línea siguiente terminando de retroceder hasta el principio de este nuevo renglón para comenzar su lectura “lectura unimanual” .
Una segunda fase, el movimiento de las manos es doble, ya que cada una lee la mitad de un renglón. Se comienza a leer la primera línea con los dedos índices de cada mano unidos, y, al llegar hacia la mitad, la mano derecha termina de leer el renglón mientras que la mano izquierda desciende a la línea de abajo y retrocede al principio de la misma “ Lectura Bimanual “.
 LA ESCRITURA DEL BRAILLE:
Para escribir a mano se precisa disponer de un regleta, un punzón y de un papel.
Para que la lectura de lo escrito a mano pueda hacerse normalmente, es decir, de izquierda a derecha, es necesario empezar a escribir de derecha a izquierda, invirtiendo el orden de la numeración de los puntos dentro del cajetín.
De esta manera el rehundido que se hace al escribir quedará como punto en relieve situado en el lugar correcto cuando se le da la vuelta al papel.
Se debe escribir siempre poniendo los puntos ordenadamente.
Antes de comenzar a escribir letras conviene adquirir mecánicamente precisión en el punteado por lo que se pueden hacer series de puntos.
Todos los puntos deben tener un relieve idéntico, de forma que la presión que ejerza el punzón sea siempre la misma en cada punto.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El entrenamiento en O y M de las personas con Baja Visión


ORIENTACIÓN Y MOVILIDAD PARA LAS PERSONAS CON BAJA VISIÓN
 
Los objetivos generales de un entrenamiento en orientación y movilidad para una persona con discapacidad visual son los mismos, independientemente de que se trate de una persona ciega o con baja visión. Para ambos casos el programa tenderá a que la persona, niño o adulto:


  • Se movilice en forma segura e independiente utilizando las técnicas adecuadas.
  • Se oriente correctamente.
  • Obtenga confianza en sí mismo y en sus posibilidades.
  • Ejercite al máximo sus sentidos e interprete adecuadamente la información que los mismos le proveen.


En el caso de una persona ciega, el plan de trabajo es claro y se basará fundamentalmente en el aprendizaje de la técnica de uso de bastón largo (técnica Hoover) y en el uso de sus otros sentidos (tacto y oído principalmente).
En el caso de personas con baja visión el panorama es mucho más matizado. No existe una técnica específica, como la de Hoover, aplicable a todos los casos. Al entrenamiento en el uso de la información táctil y auditiva (al que los profesionales del área estamos habituados) se suma el del uso eficaz del “resto visual” y esto es lo que particulariza cada entrenamiento. Existen tantos “modos de ver” como personas hay y un buen entrenador debe ejercitarse en la evaluación y mejora de la funcionalidad visual.


Antes de comenzar se deberán relevar los datos objetivos disponibles. ¿Tiene la persona una disminución de agudeza, un recorte en el campo o una combinación de ambas características?, ¿ en uno o en ambos ojos?. Esto nos dará una idea aproximada de cómo ve el sujeto aunque habrá que tener en cuenta que dos personas con igual agudeza o disminución de campo en términos numéricos, pueden tener distinta eficiencia, dependiendo ésta de muchas variables en las que tienen gran importancia las psicológicas y las sociales. ¿Es su pronóstico visual favorable o desfavorable?. Este dato nos proporcionará lineamientos generales a seguir durante el programa: si es desfavorable deberá hacerse hincapié en el entrenamiento del oído y del tacto sin que nunca vaya en desmedro de la utilización de la visión.


En caso de no contarse con un especialista en baja visión dentro del equipo, son especialmente importantes los datos que puedan aportar otros profesionales (sean o no del área) como profesores de talleres, de educación física,etc. Ellos podrán responder a algunos interrogantes del tipo ¿utiliza la visión para ejecutar tareas manuales o privilegia otros sentidos?, ¿manifiesta temor al realizar ejercicios que impliquen marcha, carrera o salto?, ¿da señales que indiquen fotofobia como entrecerrar los ojos para mirar o colocarse las manos a modo de visera?


La primera parte del programa consistirá en la evaluación de la movilidad del sujeto en interiores y exteriores conocidos y desconocidos. Siempre es conveniente empezar por lugares en los que el sujeto se sienta cómodo (por ejemplo, su casa) para evitar experiencias negativas que podrían hacer fracasar todo el entrenamiento. Luego, en forma gradual, se pasará a interiores y exteriores desconocidos. Es muy importante establecer un lazo de confianza entre el sujeto a entrenar y el entrenador. Es indispensable aprovechar los primeros encuentros no sólo para evaluar sino para lograr que la persona se sienta contenida, comprendida en su situación y fundamentalmente cuidada. Es necesario explicitar que no se la expondrá a ninguna situación de riesgo, que el entrenador es una persona experimentada y entrenada para tal fin y que sólo permitirá el desplazamiento autónomo del sujeto cuando éste se encuentre lo suficientemente entrenado para hacerlo con total seguridad.


En estos primeros desplazamientos se observará:


  • Tipo de marcha: segura o vacilante. Puede servir la observación de la longitud de los pasos (cortos, normales o largos) y la velocidad del andar (lenta, normal o rápida).
  • Localización de los objetos: identificación, capacidad de eludirlos.
  • Percepción de obstáculos: a nivel del suelo, a la altura del cuerpo, de la cabeza.
  • Reacción ante las diversas situaciones de luminosidad (mayor o menor eficiencia de día o de noche, con luz natural o artificial; adaptación a los cambios bruscos en la iluminación).
  • Utilización de los sentidos. Sentidos privilegiados, anulados, subutilizados.
  • Uso del color.
  • Percepción de objetos móviles: tránsito, peatones.
  • Funcionamiento visual de cerca (lectura de carteles, horarios, menúes).
  • Actitud general del sujeto.


La observación de la movilidad del sujeto en estas primeras sesiones, los datos objetivos de que se disponga, la información aportada por los otros profesionales proporcionarán al entrenador, material para comenzar a trabajar. Información especialmente relevante será también la que aporte el propio sujeto: en que condición lumínica se siente más cómodo, qué situación de movilidad le infunde más temor, cuáles son sus principales dificultades.
Con todo este material el entrenador elaborará un programa individual que seguirá básicamente las mismas etapas que el de las personas ciegas (técnicas de interiores, exteriores simples, exteriores complejos, medios de transporte) incorporando procedimientos específicos para personas con baja visión.


Quizás uno de los puntos más importantes en el entrenamiento de OyM de personas con baja visión es el de lograr que enfoque el mundo de una manera visual. Para ello el sujeto deberá con la ayuda del entrenador conocer cuál es su mejor punto de visión, cómo debe colocar la cabeza cuando se desplaza, qué situaciones luminosas lo favorecen y cuáles debe tratar de evitar. En síntesis, “la persona debe desarrollar un sistema mediante el cual se aproxime visualmente al entorno”. Las personas con baja visión deberán también desarrollar habilidades tales como exploración, interpretación de la borrosidad y rastreo.


Otro punto importante es el desarrollo de la habilidad de reconocer los esquemas o modelos que la realidad presenta, utilizando todos sus sentidos. Hay situaciones relativamente constantes cuyo reconocimiento ayuda a la interpretación visual del entorno y consecuentemente, a la movilidad: por ejemplo, en un supermercado los artículos de limpieza están juntos; el desplazamiento de una masa de gente en la esquina de una avenida, en la misma dirección que nosotros, indicará que la luz del semáforo estará a nuestro favor, etc.


En personas que nunca han utilizado su resto visual, o que lo han subutilizado, será necesario enfatizar los ejercicios de conciencia visual. Ver es un proceso que se aprende y esta premisa también vale para OyM. Hay personas que deben aprender “dónde se supone que están” ciertas cosas, tales como el semáforo, los carteles indicadores de las calles, los timbres, los buzones.


Las ayudas ópticas


Salvo en algunos medios muy especializados, aún no se tiene muy en cuenta la prescripción de ciertas ayudas que favorecen la visión lejana y en consecuencia la movilidad. Estas son los telescopios y los filtros.


Filtros


Millodot, en su diccionario de optometría, define al deslumbramiento como la situación visual en la que el observador siente molestia o disminución de sus capacidades visuales por la presencia en el campo visual de una fuente de luz relativamente intensa. Ahora bien, muchas patologías que provocan discapacidad visual traen aparejada fotofobia aún en condiciones normales de luminosidad; que en un gran porcentaje de casos es de un grado tal que impide la movilidad segura. Es habitual que estas personas usen anteojos de sol o fotocromáticos siendo estos de poca o nula ayuda. Para estos casos existen filtros para baja visión que evitan el deslumbramiento con el consecuente beneficio para el usuario. Personas a las que la simple luz diurna les provoca una marcha vacilante e insegura encuentran en esta ayuda la posibilidad de un desplazamiento autónomo. En algunos países ya es frecuente su prescripción, incluso en más de un tipo a la misma persona, para que pueda llevarlos en distintas ocasiones (de día, de noche, en interiores).


Telescopios


En orientación y movilidad son útiles para enfocar a distancia objetos estáticos que se quieran visualizar tales como carteles de calles, números de casas, carteles indicadores en paradas de ómnibus, etc. Es importante explicar al usuario cuál será el alcance de esta ayuda y recalcar que no le servirán para objetos móviles como por ejemplo para identificar el número del ómnibus en movimiento. Posibilitan un considerable aumento en la autonomía del sujeto reduciendo el pedido de ayuda a situaciones más complicadas (cruce de calles, identificación de objetos móviles).
Es importante recalcar que su uso eficaz en Orientación y Movilidad está unido a la eficiencia visual general del sujeto, que a su vez dependerá de que haya realizado un adecuado tratamiento de estimulación o rehabilitación visual, según corresponda. Además el entrenamiento en el uso de esta ayuda en exteriores, requiere la ejercitación en interiores, partiendo de actividades sencillas para finalizar con las que requieran mayores habilidades visuales y generales.


El bastón


Un punto muy importante es el del uso del bastón largo. Hay personas con baja visión que, pese a utilizar al máximo su potencialidad visual, necesitan utilizar bastón en forma permanente o transitoria. Por ejemplo quienes tienen un severo recorte de campo visual a nivel inferior pueden tener serias dificultades para detectar obstáculos a nivel del suelo y decidir usar un bastón para poder concentrarse visualmente en el resto del entorno. También puede ocurrir que alguien necesite usar el bastón sólo de noche o en algunos momentos particulares (como el caso de las personas que se ven perjudicadas por cambios bruscos en la situación lumínica). Para estos casos resulta muy útil el bastón plegable. Ahora bien, con estas personas deberá trabajarse todo lo que sea necesario el tema de su condición visual: ¿es ciego?, ¿ve normalmente?. Ni una ni otra cosa, es una persona con baja visión que a veces necesita de un bastón para poder desplazarse en forma segura. Es fundamental que él y que sus familiares tengan clara esta situación y sean capaces de afrontar las confusiones que se presenten. Estas personas deben saber que pueden ser objeto de desconfianza por parte de gente de la calle, choferes de transportes públicos, personas a las que soliciten ayuda y que deben estar preparados para afrontar situaciones de confusión que su situación visual particular puede provocar.


En cuanto a la indicación del bastón, no existen reglas fijas. El entrenador deberá indicarlo cuando a su criterio la no utilización ponga en riesgo a la persona. Pero no debe olvidarse que la decisión final corre por cuenta del protagonista. Puede ocurrir que pese a que el entrenador haga todo lo que esté a su alcance para que una persona se maneje sin bastón, ésta decida usarlo por sentirse más segura. Suele ocurrir también que haya personas que se nieguen al uso de un instrumento que sin duda alguna simboliza a la ceguera. En este punto, es muy importante que el individuo (sobre todo si se trata de un niño o un adolescente) comprenda que el bastón no sólo puede ser utilizado por personas ciegas.


Para finalizar se hace necesario recalcar que un adecuado entrenamiento en Orientación y Movilidad de las personas con baja visión depende, al igual que para otras áreas, del logro de la mayor eficiencia posible en el campo de lo visual. No existen reglas fijas con excepción de la de procurar la mayor seguridad posible para la persona en el marco del respeto de su dignidad. 


Bibliografía consultada:


  • Organización Nacional de Ciegos Españoles; Actas del Congreso Estatal sobre Prestación de Servicios para Personas Ciegas y Deficientes Visuales; Madrid 1994.


  • Carter, Connie y Jones, Frank; Modelo de Rol para el Instructor de Movilidad y Orientación y para el Profesor de Deficientes Visuales, en Randall T., José; Visión Subnormal, Organización Nacional de Ciegos Españoles, Madrid, 1988.


  • Allen, Denis; Orientación y Movilidad en Personas con Baja Visión, artículo traducido por Susana Crespo y publicado por International Council for Education of the Visually Handicapped, Córdoba, 1980.


  • Barraga, Natalie; Textos reunidos de la Dra. Barraga, traducidos del inglés por Susana Crespo y editados por la Organización Nacional de Ciegos Españoles, 1980.


  • Crespo, Susana; Glosario referido a la discapacidad visual, Revista “Discapacidad Visual Hoy”, Año 3, Nº3, Abril 1997.






 



ENTRENAMIENTO EN ORIENTACIÓN Y MOVILIDAD


ORIENTACIÓN:
Capacidad de un sujeto de dar cuenta de dónde se encuentra y su relación con los objetos que lo rodean.

MOVILIDAD:
Capacidad de un organismo de trasladarse de un lugar a otro.

MODALIDAD DE TRABAJO

El trabajo en O y M debe:

  • ser individualizado
  • respetar las posibilidades y limitaciones
  • ser funcional
  • favorecer la independencia
  • permitir y fomentar el apoyo de la familiar

El Maestro instructor   --  planifica, organiza, fija objetivos
El alumno   --   participa activamente

METODOLOGÍA

  • experiencias concretas
  • aprender haciendo
  • experiencias unificadoras
  • respeto y estímulo a la creatividad
  • respeto al tiempo de ejecución

RAZONES MÁS FRECUENTES QUE CAUSAN RETRASO EN LA EVOLUCIÓN DEL NIÑO DISCAPACITADO VISUAL

  • menor cantidad y calidad de oportunidades de experimentar movimientos
  • falta de imitación y de confianza
  • falta de actividades de estimulación

CIRCUNSTANCIAS QUE AFECTAN LA EVOLUCIÓN DEL NIÑO CIEGO
  • dificultades en la interacción madre-hijo
  • frustraciones continuas
  • sensación de ambiente amenazador
  • falta de estímulo para avanzar a una nueva etapa
  • verbalismo
  • dificultad en la interacción social
  • falta de estímulo para conocer el mundo que lo rodea

EN EL ENTRENAMIENTO DE O Y M SE REQUIERE:

  • entrenamiento en destrezas sensoriales
  • desarrollo de conceptos
  • desarrollo motor
  • conciencia del entorno
  • conciencia de la comunidad (socialización)
  • que la familia sea partícipe del programa en forma activa.


Beatriz Palermo
Maestra de O y M






jueves, 15 de septiembre de 2011

Educación Física.










Compartimos la actividad con alumnos de un Liceo Público del barrio.

Profesor Fabián Berrueta.

Taller de plástica

"El verdadero educador no elige a su alumno, se encuentra en él"
                              H. Read















Estas fotos fueron sacadas por el Profesor Darío Vairoletti   en su Taller de Expresión Plástica.



“Si el arte enseña algo (al artista, en primer término),
es el carácter privado de la condición humana.
Al ser la mas antigua como así también la más literal de las formas de empresa privada,
fomenta en un hombre, lo sepa él o no, un sentido de la unicidad, de individualidad, 
de separación, transformándolo así de animal social en un “yo” perceptible.

Joseph Brodsky


jueves, 8 de septiembre de 2011

Nuestra Escuela cuenta con una ASISTENTE SANITARISTA





Sus funciones son:
  • Asistencia directa al alumno: ocasional o medicamentosa
  • Integración del equipo técnico social
  • Asistencia preventiva: directa y de información y difusión general
  • Comunicación con padres y con la comunidad

    GRACIELA  RODRÍGUEZ
    ASISTENTE SANITARISTA

martes, 6 de septiembre de 2011

Fuimos al teatro

"Las Artes son a la vez manifestación cultural y medio de comunicación de conocimientos culturales. Cada cultura posee un conjunto único de manifestaciones artísticas y prácticas culturales. La diversidad de culturas, productos artísticos y creativos simbolizan las civilizaciones presentes y pasadas. Contribuyen así de manera única al patrimonio, la grandeza, la belleza e integridad de la humanidad".

                               UNESCO. Conferencia Mundial   sobre Educación Artística. Marzo 2006.









La participación de los alumnos en espectáculos teatrales, ya sea como público o como actores, constituye una experiencia significativa a través de la cual se enseña a conocer y a apreciar los códigos del lenguaje teatral y su trascendencia histórica y social.

Alumnos de 2º y 3er nivel participaron como espectadores de la obra: "Los niños de la Independencia" de Ignacio Martínez, Dirección Washington Sassi, en el teatro de la Asociación Cristiana de Jóvenes.
Fue una vivencia sensorial y corporal, que les permitió conectarse con el mundo del teatro.

PROYECTO DE TEATRO ESCOLAR

Para los niños de 4º, 5º y 6º año fue un gran aporte para rescatar ideas, miradas, lenguajes que posibiliten la apropiación del conocimiento a través de una educación artística, que haga hincapié en lo estético, lo expresivo, lo sensorial, generando problematizaciones y/o conflictos que despierten nuevos intereses.

En el marco del festejo del Bicentenario, nuestros alumnos están llevando a cabo una propuesta teatral basada en una anécdota extraída de : "Boulevar Sarandí" de Milton Schinca.

Partiendo de este texto, se improvisó, se escribió el parlamento y actualmente nos encontramos en la etapa de los ensayos, búsqueda de escenografía, vestuario y música.